Porciones / número de personas: 8
Tiempo de Preparación: 2 horas
Tiempo de cocción: 10 minutos
Categoría: Panes y bollos
Dificultad: Fácil
1 sobre de levadura Royal.
1/2 cucharadita de azúcar.
30 cl. de agua.
500 gr. de harina de fuerza.
1 cucharadita de sal.
2 cucharadas de aceite de oliva.
Esparcimos la levadura en un tazón con 100 ml de agua. La dejamos fermentar durante 5 minutos; revolvemos para que se disuelva. Mezclamos la harina y la sal en un recipiente grande. Hacemos un agujero en el centro y vertemos el líquido con levadura y el aceite de oliva.
Mezclamos con harina. Añadimos, revolviendo, el resto del agua, según sea necesario, para formar una masa firme y blanda. Volcamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Amasamos durante unos 15 minutos, hasta obtener una masa homogénea, flexible y elástica. Al principio, la masa será bastante rígida. A medida que se amase, se volverá cada vez más blanda y se estirará poco a poco.
Ponemos la masa en un recipiente aceitado, hacemos que gire, para untarla en forma uniforme con aceite, después la tapamos con un paño de cocina. Dejamos que repose durante 1 1/2 hora más o menos, hasta que doble su tamaño. La deshinflamos y dejamos que repose otros 10 minutos.
Dividimos la masa en ocho trozos. Le damos a cada trozo la forma de una bola uniforme. Sobre una superficie ligeramente enharinada, estiramos la bola hasta que quede una forma ovalada, de 22 cm de largo y 5 mm de espesor.
Tapamos las bolas con un paño de cocina y dejamos que reposen unos 20 minutos, hasta que la masa crezca un poco.
Espolvoreamos dos placas de hornear con harina y precalentamos en el horno a 220º, durante 5 minutos. Ponemos los trozos de masa sobre las a hornear, de 5 a 10 minutos hasta que los panes estén hinchados.
Una vez hechos, los envolvemos en un paño limpio y seco para mantener tierna la corteza y evitar que se seque.
