Categoría: Entrantes
Dificultad: Fácil
3 plátanos de canarias.
125 g de polenta.
250 ml de leche.
2 huevos.
1 cebolla.
250 g de tomate triturado.
Ajo en polvo.
Perejil.
Comino.
Orégano.
Pimienta.
Sal.
Aceite de oliva.
Pelamos los plátanos, que nosotros escogimos de canarias y algo verdes, pero por dentro estaban duros y dulces, y los freímos en una sartén con aceite de oliva. Aparte en otra sartén con aceite pochamos la cebolla picada muy fina y cuando está dorada se le añade el ajo, el tomate y las especias y sofreímos hasta que esté el tomate. Cuando los plátanos estén fritos los sacamos sobre papel absorvente y reservamos.
La polenta es sémola de maíz. Para preparar la polenta, calentamos la leche con un poco de sal y la llevamos a ebullición y añadimos la polenta poco a poco sin dejar de remover, enseguida echamos los huevos batidos y removemos muy bien, casi enseguida lo retiramos del fuego porque se forma una pasta que se espesa demasiado. Rebozamos los plátanos con una capa abundante de masa y dejamos enfriar para que al ponerla en la sartén a freír no se nos rompa demasiado y mantenga la forma.
Freímos esta especie de croquetas de plátano por todos los lados hasta que vaya cogiendo color dorado. Para servir, colocamos un lecho de sofrito de tomate en el plato y sobre ello ponemos los plátanos y salseamos con un poco más de salsa. El resultado es un bocado salado al principio que después se transforma en un toque dulce. Elegir bien los plátanos es importante ya que no deben quedar blandos en absoluto ni tener la aspereza del que está demasiado verde.
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