Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 90 minutos
Tiempo de cocción: 60 minutos
Categoría: Postres
Dificultad: Fácil
250 gr. de mantequilla
Mermelada de fresa
250 gr. de azúcar glas
Nata para montar
6 huevos
8 gr. de levadura en polvo
325 gr. de harina
El bizcocho es un postre que admite múltiples rellenos, pero quizá uno de los más deliciosos sea el de nata con mermelada de fresa, dos combinaciones muy utilizadas en repostería por su excelente sabor. Una receta sencilla, pero exquisita, con la que seguro conquistarás más de un corazón.
Para realizar un delicioso bizcocho relleno de nata y mermelada de fresa lo primero que debemos hacer es batir la mantequilla con el azúcar glas, hasta obtener una mezcla blanquecina.
A continuación separamos las claras de las yemas y añadimos las yemas a la mezcla de la mantequilla con el azúcar, pero de una en una, removiendo bien antes de incorporar la siguiente.
Montamos las claras a punto de nieve y las añadimos a la mezcla que hemos conseguido, dando vueltas con una cuchara de madera y muy despacio, con movimientos envolventes. A continuación, añadimos la mezcla tamizada de la harina con la levadura, también poco a poco, removiendo hasta que estén bien integrados todos los ingredientes.
Ponemos el horno a precalentar a 180º C, con calor por arriba y por abajo. Mientras se calienta, vertemos la mezcla en un molde para tartas de silicona. Cuando el horno esté caliente metemos el molde y dejamos que el bizcocho se haga durante sesenta minutos aproximadamente.
Cuando esté hecho sacamos y dejamos enfriar antes de desmoldar. Entonces le damos un corte horizontal, de manera que dividimos el bizcocho en dos. Sobre la parte que va a actuar como base echamos la mermelada de fresa, extendiéndola bien por toda la superficie. Después, montamos la nata, a la que podemos incorporar un poco de azúcar glas para que quede ligeramente dulce. Hay que tener en cuenta que para montar la nata ésta tiene que estar muy fría.
Extendemos la nata sobre la mermelada y cerramos con la otra parte del bizcocho. Ya solo queda espolvorear un poco de azúcar glas por encima del bizcocho antes de servir. ¡Delicioso!