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Caldo de Gallina

Caldo de Gallina

Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 180 minutos
Tiempo de cocción: 170 minutos
Categoría: Sopas y cremas
Dificultad: Fácil

Ingredientes para preparar Caldo de Gallina

1 zanahoria
Media gallina
1 puerro
1 tomate maduro
2 hojas de col
1 cebolla
1 rama de apio
Sal gruesa marina

Cómo preparar Caldo de Gallina

En mi casa, de pequeña, la sopa se tomaba casi a diario, especialmente en los meses de invierno. En los pucheros siempre había cocinándose caldo de gallina, que era la base para hacer un montón de platos que necesitaban caldo casero. Y una vez hecho el caldo, la gallina se utilizaba para preparar croquetas o rellenos.

Hoy soy yo la que sigue la tradición familiar y me gusta, de vez en cuando, hacer este caldo. Como no tengo tanto tiempo para cocinar como lo tenía mi abuela, lo que hago es doblar las cantidades y meter el caldo sobrante en frascos de cristal que luego cierro herméticamente, o bien lo congelo. Así tengo para otro día.

Preparar esta receta es muy sencillo. Cogemos una olla grande y ponemos en ella abundante agua, un poco de sal gruesa y la gallina, sin piel ni grasa. La dejamos a fuego vivo unos minutos.

Cuando comience a hervir retiramos con una cuchara los restos que ha soltado la gallina. Después, añadimos las verduras, todas limpias y troceadas. Dejamos la olla a fuego lento, unas dos horas y media, para que el caldo se vaya haciendo despacio. Removeremos de vez en cuando, vigilando que no se quede sin agua. Si es así, añadimos un poco.

Retiramos la olla del fuego y colamos el caldo. Cuando éste se haya enfriado por completo, guardamos en el frigorífico. El caldo está mejor de un día para otro. Antes de calentarlo retiramos con una cuchara los restos de grasa. ¡Y ya solo nos queda disfrutar de él!

Foto: http://www.flickr.com/photos/gatuzz/

Introducción de la receta

El caldo de gallina es una receta fácil y económica. Todo un clásico en los hogares, especialmente en los meses de más frío. Un plato que las abuelas utilizaban para curar los catarros invernales y para calentar los estómagos, y que hoy se ha convertido en toda una delicia culinaria.