Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 100 minutos
Tiempo de cocción: 45 minutos
Categoría: Postres
Dificultad: Moderado
2 huevos
150 gr. de nata montada
200 gr. de azúcar
50 gr. de harina
400 gr. de castañas
400 ml. de leche
Media vaina de vainilla
Nueces picadas
La crema de castañas y nueces está exquisita. Su inconfundible sabor es el secreto de su éxito, pero también es un postre individual muy vistoso, que resulta perfecto si tienes alguna celebración o invitados en tu mesa. Es un postre que aporta mucha energía, pero a la vez muy suave.
Para realizar una riquísima crema de castañas y nueces, lo primero que vamos a hacer es poner a precalentar el horno a 180º C, con calor por arriba y por abajo. Después, montamos los huevos con 50 gramos de azúcar hasta que veamos que han doblado su volumen, y añadimos la harina tamizada, mezclando todo con movimientos envolventes.
Echamos la mezcla que hemos conseguido en un molde de silicona bajo y ancho, y dejamos que se hornee durante un cuarto de hora aproximadamente. Transcurrido este tiempo lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar.
A continuación hacemos la crema. Para ello ponemos en un cazo, a fuego medio, las castañas junto con la leche, 150 gr. de azúcar y media vaina de vainilla, durante media hora. Después, retiramos la vaina de vainilla y trituramos.
De la mezcla que hemos obtenido cogemos dos cucharadas colmadas (reservando el resto) y las mezclamos con 100 gr. de nata montada poco a poco y con movimientos envolventes, hasta que los dos ingredientes estén integrados.
Cortamos el bizcocho en trozos del tamaño que deseemos, teniendo en cuenta que son postres individuales, y sobre cada uno de los trozos ponemos la crema, en forma de montaña.
Aparte, juntamos 50 gramos de nata montada con 4 cucharadas de la crema de castañas que hemos preparado anteriormente y una vez que estén mezclados los dos ingredientes los echamos en una manga pastelera. Cubrimos parte de la crema con hilos gruesos de crema de castañas y sobre la otra parte espolvoreamos nueces picadas.
Por último, decoramos la parte de arriba del postre con castañas peladas o nueces, a nuestro gusto, o incluso podemos añadir un toque de chocolate o unas hojas de menta, para mayor vistosidad. Si nos apetece, este postre también se puede hacer con varios pisos de bizcocho. En ese caso iríamos alternando una capa de bizcocho con una capa de crema de castañas, y luego cubriríamos todo con crema de castañas y añadiríamos los hilos gruesos con la boca pastelera. ¡Exquisito!