Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 40 minutos
Tiempo de cocción: 20 minutos
Categoría: Navidad
150 gr. de mantequilla
Sal
260 gr. de harina
2 huevos
100 gr. de azúcar moreno
1 cucharada de postre de jengibre en polvo
5 gr. de bicarbonato
1 cucharada de postre de canela en polvo
100 gr. de azúcar glas
1 limón
Chocolate de cobertura
Las galletas de jengibre son un postre muy típico de Navidad en algunos países europeos. Se pueden hacer con muchas formas y son perfectas para que los niños nos ayuden en la cocina y se diviertan. Ellos disfrutarán haciéndolas y posteriormente comiéndoselas.
Cogemos un colador y colamos la harina, para que quede tamizada. Después, la echamos en un bol grande y añadimos un poquito de sal, la canela y el jengibre en polvo, el bicarbonato, el azúcar moreno y un huevo, que previamente habremos batido.
Aparte, batimos la mantequilla hasta que tenga una textura de pomada y la añadimos también al bol. Mezclamos todos los ingredientes bien hasta obtener una pasta sin grumos.
Espolvoreamos un poco de harina en la encimera y colocamos sobre ella la masa. Después, la estiramos con un rodillo hasta dejarla en algo menos de un centímetro de espesor.
Precalentamos el horno a 180º C con aire por arriba y por abajo. Mientras se calienta, cogemos moldes con motivos navideños (un árbol de Navidad, una estrella, un lazo decorativo...) y cortamos con ellos la masa. Las formas resultantes las vamos colocando en una bandeja forrada con papel de horno.
Una vez tengamos todas, introducimos las galletas al horno y las dejamos un cuarto de hora aproximadamente, hasta que veamos que cogen su característico color dorado.
Las sacamos y las dejamos enfriar en una rejilla antes de decorarlas. Para ello, batimos la clara de un huevo a punto de nieve y le añadimos poco a poco unas gotas de zumo de limón y azúcar glas. Con la mezcla que obtenemos procedemos a decorar las galletas con la ayuda de una manga pastelera.
También podemos decorarlas con chocolate. Para ello, ponemos el chocolate en una cazuela a fuego bajo, para que no se nos pegue, y vamos dando vueltas hasta que esté fundido. Cuando esté fundido podremos decorar las galletas también con una manga pastelera. Dejamos que se enfríen... ¡y listas para degustar!