Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 25 minutos
Tiempo de cocción: 15 minutos
Categoría: Postres
200 gr. de leche condensada
Una taza de agua
290 gr. de azúcar
2 sobres de gelatina sin sabor
320 gr. de chocolate blanco
Colorante en polvo
El glaseado espejo es un glaseado brillante que se pone en tartas heladas, pasteles y mousses para aportarles un toque profesional y un acabado único. No es difícil de hacer y comprobarás cómo ganan en apariencia los postres sencillos. Este acabado espectacular despertará murmullos de admiración cuando sirvas tu postre.
Para disfrutar de un riquísimo glaseado espejo lo primero que debemos hacer es rallar el chocolate muy fino. Reservamos.
Hidratamos la gelatina en un recipiente con agua fría. Mezclamos para evitar grumos y reservamos.
Aparte, colocamos el azúcar en una cacerola junto con la leche condensada y la taza de agua. Mezclamos muy bien con una cuchara sin formar burbujas y luego lo llevamos a fuego bajo, mientras removemos unos segundos con unas varillas.
Cuando rompa a hervir echamos la gelatina hidratada y removemos hasta que se integre. Después incorporamos el chocolate blanco y removemos hasta que se funda.
Dividimos la preparación en varias partes, si queremos crear varios colores. Añadimos colorante en polvo cuando el glaseado esté tibio y mezclamos.
Cuando el glaseado tenga una textura parecía a la miel la vertemos sobre la tarta helada o sobre un bizcocho o pastel siempre que esté recubierto con nata montada muy fría. ¡Delicioso!