Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 140 minutos
Tiempo de cocción: 40 minutos
Categoría: Panes y bollos
Dificultad: Fácil
400 gr. de harina
1 cucharada de esencia de vainilla
150 gr. de leche entera
80 gr. de azúcar blanca
160 gr. de mantequilla
1 huevo
12 gr. de levadura pensada
80 gr. de azúcar moreno
2 cucharadas sopera de canela
150 gr. de chocolate blanco
Los rollitos de canela y chocolate blanco están deliciosos. Es una receta que comienza a disfrutarse desde el momento en que comenzamos a prepararla y, por supuesto, una vez que están hechos los rollitos, que saben riquísimos. La combinación de canela y chocolate blanco es difícilmente superable.
Para hacer unos riquísimos rollitos de canela y chocolate blanco, lo primero que debemos hacer es la masa. Para ello ponemos la leche, junto con la vainilla y la mitad de la mantequilla en un cazo, a fuego medio, y lo vamos calentando, removiendo de vez en cuando. Diluimos la levadura en la mezcla, removemos bien y retiramos del fuego.
Aparte, juntamos en un recipiente dos terceras partes de la harina con la leche y removemos para integrar todos los ingredientes. Después, amasamos durante diez minutos y dejamos reposar otra media hora en un lugar cálido.
Añadimos a la masa el azúcar, el resto de la harina y el huevo, y amasamos durante diez minutos más, y dejamos reposar otra hora cuando todos los ingredientes estén bien integrados.
Mientras reposa, preparamos el relleno. Para ello mezclamos la mantequilla restante con el azúcar moreno y la canela. Reservamos.
Ponemos a precalentar el horno a 180º C, con calor por arriba y por abajo. Mientras se calienta, extendemos la masa. La untamos con la mezcla de canela que hemos preparado y esparcimos la mitad del chocolate blanco, partido en trozos. Hacemos un rollo con la masa y después la cortamos en trozos.
Depositamos la masa en una bandeja forrada con papel de horno y metemos ésta al horno. Dejamos que se hagan durante media hora y después sacamos. Como remate, fundimos el resto de chocolate blanco y se lo echamos por encima, a modo de adorno. ¡Deliciosos!