Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 100 minutos
Tiempo de cocción: 50 minutos
Categoría: Postres
4 tazas de cerezas deshuesadas
3 cucharadas de maicena
2 tazas de azúcar
2 ramas de canela
Una taza y media de harina
Media cucharadita de vinagre de manzana
1 taza de harina
3 cucharadas de aceite vegetal
Un cuarto de cucharadita de sal
1 taza de agua caliente
Un tercio de taza de mantequilla
2/3 de taza de pan rallado
1 huevo
Azúcar glas
Caramelo líquido
El strudel de cerezas está exquisito. Es un postre que resulta ideal si tienes invitados en casa y quieres sorprenderles con una receta única, original y diferente. Triunfa en todo el mundo tanto por su exquisito sabor como por sus diferentes texturas, cuya combinación resulta deliciosa.
Para hacer un riquísimo strudel de cerezas lo primero que hay que hacer es poner las cerezas en un cazo, a fuego lento, junto con el azúcar y las ramas de canela. Cocinamos durante diez minutos.
Transcurrido este tiempo retiramos las ramas de canela y añadimos la maicena, disuelta en agua fría. Removemos bien y cuando haya espesado el conjunto retiramos y dejamos que se enfríe.
Aparte, preparamos la masa del strudel. Para ello echamos en un bol la harina, una pizca de sal, el aceite, el vinagre de manzana y el agua caliente. Batimos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y después amasamos. Una vez la masa sea uniforme la dejamos reposar reposar durante una hora a temperatura ambiente.
Ponemos a precalentar el horno a 190º grados centígrados. Mientras se calienta, estiramos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y la pintamos con mantequilla fundida. Espolvoreamos por encima un poco de pan rallado y el relleno de cerezas que hemos preparado anteriormente y que ya estará frío. Enrollamos el strudel y lo pintamos con huevo batido con la ayuda de una brocha de cocina.
Metemos el strudel al horno y dejamos que se haga durante unos 40 minutos. Transcurrido este tiempo sacamos del horno y dejamos que se enfríe media hora antes de cortarlo, al tamaño que deseemos. Solo queda espolvorear con un poco de azúcar glas y añadir algo de caramelo líquido a modo de adorno y… ¡listo para consumir! ¡Exquisito!
