Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 120 minutos
Tiempo de cocción: 70 minutos
Categoría: Postres
5 claras de huevo
Una cucharada de esencia de vainilla
Una taza y tres cuartos de azúcar
Colorante alimenticio
Una pizca de sal
Los suspiros de merengue están deliciosos. Este postre es uno de los más típicos de la repostería gracias a su sabor inconfundible, muy dulce y delicioso. Los podemos consumir solos, dosificándolos en pequeñas dosis, o utilizarlos para acompañar otros postres y darles un toque decorativo, colorista y sofisticado.
Para disfrutar de unos riquísimos suspiros de merengue lo primero que debemos hacer es precalentar el horno a 100º C.
Aparte, ponemos agua en una cacerola y la dejamos a fuego medio. En otro recipiente de mayor tamaño que la cacerola echamos las claras de huevo y el azúcar, que puede ser glas si deseamos que los suspiros nos queden más dulces, o común si los queremos menos dulces. También puede ser una mezcla de ambos.
Cuando el agua esté hirviendo colocamos sobre la cacerola el recipiente donde hemos echado el azúcar y las claras, y batimos enérgicamente con la ayuda de unas varillas, hasta que el azúcar se haya disuelto y las claras estén casi llegando al punto de nieve.
Después, batiremos con unas varillas eléctricas, a velocidad media, hasta obtener un merengue consistente. Mientras se bate añadimos la esencia de vainilla y la sal.
A continuación ponemos a velocidad baja las varillas e incorporamos un poco de colorante alimenticio, mejor en gel. Echamos un poquito y vemos la tonalidad que adquiere el merengue, para poder ajustarla según nuestras preferencias. También podemos realizar la mezcla a mano, con una espátula y movimientos envolventes.
Echamos el merengue en una manga pastelera con boquilla en forma de estrella y vamos haciendo los suspiros directamente sobre una bandeja forrada con papel de hornear, dándoles forma de flor. Después introducimos la bandeja en el horno y dejamos que se hagan durante 60 minutos.
Transcurrido este tiempo sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar por completo los suspiros antes de retirarlos de la bandeja. ¡Y ya están listos para comer! ¡Deliciosos!