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Tarta Red Velvet muy Esponjosa

Tarta Red Velvet muy Esponjosa

Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 90 minutos
Tiempo de cocción: 50 minutos
Categoría: Postres

Ingredientes para preparar Tarta Red Velvet muy Esponjosa

300 gr. de azúcar
115 gr. de mantequilla
Una pizca de sal
1 cucharadita de esencia de vainilla
2 huevos
240 ml. de leche
Una cucharada de zumo de limón
15 gr. de cacao puro en polvo
Media cucharadita de colorante alimenticio
250 gr. de harina
Una cucharadita de bicarbonato
2 cucharaditas de vinagre blanco
500 gr. de queso mascarpone
120 gr. de queso para untar
120 gr. de azúcar glas
Una cucharadita de azúcar avainillado
400 ml. de nata

Cómo preparar Tarta Red Velvet muy Esponjosa

La Tarta Red Velvet muy Esponjosa es fácil de conseguir y está exquisita. El bizcocho queda jugoso, y la tarta resulta muy atractiva a la vista, perfecta para un cumpleaños o cualquier otra celebración con familia o amigos. Apunta estos pequeños trucos que te serán de mucha utilidad.

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Para disfrutar de una riquísima tarta red velvet muy esponjosa lo primero que debemos hacer es precalentar el horno a 165º C., con calor por arriba y por abajo.

A continuación, ponemos en un bol la mantequilla a temperatura ambiente, el azúcar o una pizca de sal. Si queremos, podemos añadir una cucharadita de esencia de vainilla. Mezclamos todo bien con unas varillas. Posteriormente incorporamos los huevos, y volvemos a batir durante diez minutos.

Aparte, mezclamos la leche a temperatura ambiente con una cucharada de zumo de limón. Cuando hayamos mezclado, dejamos reposar diez minutos y después lo añadimos a la mezcla que hemos preparado anteriormente.

Por último, le añadimos el cacao, el colorante alimenticio y la harina tamizada, y volvemos a batir con la batidora poco a poco. Una vez hecha la masa le añadiremos el bicarbonato y el vinagre blanco, y mezclamos bien con las varillas.

Echamos la masa al molde y lo metemos al horno. Dejamos que se haga durante unos 50 minutos.

Mientras, preparamos el relleno y la cobertura. Para ello mezclamos el queso mascarpone y el fresco junto con el azúcar glas y el azúcar avainillado. Aparte, montamos la nata, que tiene que estar muy fría, y posteriormente vamos incorporando la nata a la mezcla que hemos preparado, removiendo con movimientos envolventes.

Cuando esté hecho el bizcocho lo dejamos enfriar antes de desmoldar. Después, lo cortamos por la mitad y echamos la crema de queso sobre uno de los trazos, y recubrimos el otro trozo. Después, lo ponemos uno encima de otro.

Para terminar de decorar la tarta echamos la crema de queso que nos haya sobrado en una manga pastelera y procedemos a la decoración final. También podemos espolvorear por encima algunas migas del bizcocho, que habremos recortado de la base una vez desmoldado.

Conservamos la tarta en el frigorífico para que termine de endurecerse y ya está lista para comer. ¡Deliciosa!