Categoría: Postres
Dificultad: Fácil
250 gramos de chocolate blanco
30 gramos de mantequilla
5 cucharadas de nata
Para la decoración:
100 gramos de chocolate blanco
Lo más importante para que la mezcla de las trufas salga perfecta es remover constantemente. En primer lugar ponemos la nata y la mantequilla en un cazo y sin parar de remover la calentamos a fuego medio. Cuando comience a hervir la dejamos tan sólo un minuto y retiramos el cazo del fuego. (la mantequilla es mejor que esté a temperatura ambiente para que no esté tan dura).
Metemos en el cazo ya apartado del fuego los trozos del chocolate blanco y seguimos removiendo sin parar.
Cogemos un molde de tarta, al que habremos puesto un papel vegetal en el fondo, y vertemos la mezcla en él. Metemos el molde en la nevera a enfriar unas dos horas, para que se endurezca la mezcla.
Pasadas las dos horas sacamos la mezcla de las trufas y formamos las bolitas. Podemos hacerle surcos con un tenedor para que su presentación sea más atractiva. Las metemos en la nevera media hora más.
Para decorar: Por último derretimos los 100 gramos de chocolate blanco y bañamos en él las trufas. Las volvemos a meter en la nevera para que endurezca esta última capa. También se pueden adornar con fideos de chocolate blanco que venden en los supermercados, o coco rallado.
Introducción de la receta