Categoría: Cócteles y Bebidas
Dificultad: Fácil
7 limones grandes de cáscara gruesa.
1 litro de alcohol o aguardiente (de venta en tiendas de vinos).
1350 gramos de azúcar y 3 litros de agua.
Lo primero que hay que hacer es pelar la corteza de los limones muy fina, procurando que no lleve mucha parte blanca, porque amarga. Lo mejor es hacerlo con un pelapatatas. Pondremos estas cortezas junto con el alcohol, o aguardiente, en un recipiente de cristal que se pueda cerrar y lo dejaremos macerar en un sitio oscuro durante 12 días.
Pasados estos 12 días, haremos un almíbar con agua y azúcar. La proporción es de 450 gramos de azúcar por cada litro de agua. El almíbar se hace calentando en una sartén u olla el agua con azúcar a fuego lento, hasta que el azúcar tenga un color tostado y se haya disuelto. Hay que remover con una cuchara de madera y suele estar hecho en unos 15 minutos.
Una vez que el almíbar se haya enfriado añadimos 3 litros de almíbar por cada litro de alcohol macerado, alcohol al que le hemos retirado las cortezas de limón. Esta es la proporción exacta para que el limoncello tenga una graduación alcohólica razonable.
El limoncello se suele servir frío, por lo que sólo queda meterlo en la nevera y disfrutarlo. Por cierto, debe tener un color amarillo-verdoso.
Foto: http://lacocinadeanna.blogspot.com.es/
Introducción de la receta
