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Helado de Vainilla y Nueces de Macadamia

Helado de Vainilla y Nueces de Macadamia

Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 450 minutos
Tiempo de cocción: 20 minutos
Categoría: Postres

Ingredientes para preparar Helado de Vainilla y Nueces de Macadamia

Una vaina de vainilla
240 ml. de leche
720 ml. de nata líquida
175 gr. de azúcar
Una cucharadita de extracto de vainilla
4 yemas de huevo
150 gr. de nueces de macadamia
Una pizca de sal

Cómo preparar Helado de Vainilla y Nueces de Macadamia

Para disfrutar de un riquísimo helado de vainilla y nueces de macadamia lo primero que debemos hacer es cortar la vaina de vainilla longitudinalmente y raspar las semillas negras. Reservamos.

En una cacerola ponemos la leche, la nata, las semillas y las vainas, y lo cocemos todo a fuego lento. Cuando comience a hervir lo retiramos del fuego, lo tapamos y dejamos enfriar a temperatura ambiente durante 30 minutos.

Transcurrido este tiempo añadimos la sal y el azúcar. Después, lo ponemos a fuego medio y removemos de vez en cuando durante cinco minutos. Posteriormente apartamos la cacerola del fuego y la dejamos enfriar por 5 minutos.

Retiramos las vainas y batimos las yemas de huevo en un bol. Después, vertemos la mezcla poco a poco y batimos hasta integrar.

Echamos de nuevo la mezcla en la cacerola y la ponemos a fuego medio-bajo sin que llegue a hervir, hasta que adquiera la consistencia refrigerada.

Posteriormente dejamos enfriar la mezcla a temperatura ambiente y después en el frigorífico, unas cuatro horas.

Transcurrido este tiempo añadimos el extracto de vainilla y removemos. Y después añadimos las nueces, previamente picadas.

Echamos la mezcla en el recipiente de la heladera y seguimos las instrucciones del fabricante. Lo congelamos y dejamos enfriar hasta que podamos hacer las bolas. ¡Delicioso!

Introducción de la receta

El helado de vainilla y nueces de macadamia está delicioso. Si alguna ve lo has probado fuera de casa, espera a probar el que vas a hacer con tus propias manos y te darás cuenta de que no tiene nada que envidiarle. ¡Incluso es más sano y está más rico!