Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 3 horas de remojo para limpiar impurezas
Tiempo de cocción: 5 minutos
Categoría: Marisco
Dificultad: Fácil
2 kilos de almejas
Agua
Sal
Aceite de oliva
Limón
Vino Blanco (opcional)
Para preparar cualquier plato de almejas es fundamental limpiarlas bien. Para que suelten la arena que llevan dentro, es necesario dejarlas en un barreño con mucha agua y un poco de sal durante varias horas. También es importante cambiar esa agua dos o tres veces.
Una vez han estado en remojo, las lavamos bien debajo del grifo de agua fría y las reservamos en una fuente.
Cogemos una olla grande o sartén y colocamos las almejas en el fondo. Ponemos la olla a calentar a fuego medio, la tapamos, y las almejas estarán listas cuando comiencen a abrirse.
Las almejas ya sueltan de por si bastante agua, por lo que no es necesario añadirla, a menos que no suelten casi nada. En este caso le echaríamos un poquito, pero esto significa que ya no están tan frescas.
Una vez hayan abierto las escurrimos y le echamos un poquito de aceite y sal, y unas gotas de limón.
Si las almejas no son muy buenas y queréis darle un poco más de sabor, le queda muy bien cocerlas en un poco de vino blanco, hasta que abran, y con un sofrito de ajo y perejil hecho en la misma olla, antes de echarle el vino.
Nota: las almejas que no se abran después de ser cocinadas no se deben comer, porque podrían estar en mal estado. Tampoco se deben meter en la olla las que estén abiertas antes de cocinar, porque significa que ya están muertas, y han de ser cocinadas vivas.
Foto: http://terecetario.blogspot.com/
Introducción de la receta
