Tiempo de Preparación: 1 hora
Categoría: Panes y bollos
Dificultad: Fácil
4 tazas de harina
2 huevos
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de manteca o margarina sin sal
1 taza de agua
18 cáscaras de tomate verde (opcional)
2 tazas de miel de piloncillo (para adornar). También sirve azúcar, mermelada...
1 cucharada de anís
aceite para freír
Comenzamos poniendo una taza de agua con el anís y las cáscaras de tomate a hervir, para que el agua coja sabor (también se puede hervir un palo de canela en vez de las cáscaras de tomates).Colamos el agua y la reservamos.
Batimos los huevos. A continuación tamizamos la harina en un bol y hacemos como un volcán. En el centro del volcán hacemos un agujero y ahí echamos los huevos batidos, el azúcar y la manteca o margarina un poco derretida.
Vamos amasando con las manos y echando el agua aromática poco a poco. Cuando tengamos una pelota con la masa la sacamos del recipiente y la ponemos sobre un mesado con un poco de harina espolvoreada, y seguimos amasando.
Cuando la masa esté flexible y toda igual (cuando le hayamos sacado las burbujas golpeándola)la dejamos reposar unas dos horas tapada con un paño de cocina.
Pasadas las dos horas cogemos la masa y hacemos palos alargados echando un poco de harina en las manos y en una superficie plana. Estiramos cada palo en forma de tortita del tamaño de un plato, con la ayuda de un rodillo.
Freimos cada buñuelo en abundate aceite muy caliente hasta que esté dorado. Los retiramos a un plato con papel absorvente de cocina y los bañamos con azúcar o miel. Los tradicionales buñuelos mexicanos se bañan en miel, pero también están deliciosos con mermelada o chocolate líquido.
Foto: http://nathanscomida.blogspot.com/
Introducción de la receta
