Porciones / número de personas: 1 persona
Tiempo de Preparación: 250 minutos
Tiempo de cocción: 240 minutos
Categoría: Verduras y legumbres
Sal
Hierbas aromáticas, al gusto
Aceite de oliva virgen
Existen diferentes trucos para deshidratar tomates, pero lo más sencillo es deshidratarlos al sol o en el horno. Cualquiera que sea la fórmula que elijamos, el primer paso es lavar los tomates con agua fría y después secarlos bien.
Si son tomates grandes conviene cortarlos y quitarles las semillas, pero si son tipo cherry lo único que tenemos que hacer es partirlos por la mitad. A continuación echamos un poco de sal sobre los tomates, sazonando todas las caras. Podemos también añadir alguna hierba aromática, como el romero, el tomillo, el orégano o la albahaca, según nuestros gustos o los de nuestra familia.
Después, colocamos los tomates sobre una rejilla, con el interior hacia arriba y cierta separación entre unos y otros. Si vamos a secar los tomates al sol elegiremos un sitio soleado, ya que el proceso durará unos cuantos días.
Situaremos la rejilla apoyada en vasos, latas, ladrillos o cualquier otro elemento que permita que circule el aire. Después, cubrimos los tomates con un tul fino para evitar el contacto con insectos o moscas, y cuando caiga el sol los introduciremos dentro de casa. Veremos que, al cabo de dos o tres semanas, los tomates están deshidratados porque presentarán un rojo más oscuro y una textura más firme, sin estar pegajosos.
Si, por el contrario, queremos desecar los tomates en el horno, lo primero que tenemos que hacer es precalentarlo a 60º C. Después, introducimos la rejilla con los tomates ya condimentados y comenzaremos el proceso de deshidratación, que suele tardar, como mínimo, cuatro horas. La textura de los tomates debe ser la misma que si los hemos desecado al sol.
Podemos conservar los tomates en botes de cristal con aceite de oliva virgen, o bien en botes cerrados herméticamente. ¡Deliciosos!
Introducción de la receta
Existen trucos para deshidratar tomates y es muy fácil. El proceso es tan sencillo como práctico. Si tenemos un excedente de tomates en casa podemos deshidratarlos antes de que se nos estropeen y así poder utilizarlos cómodamente en otros platos, ya que quedan muy sabrosos y con una textura exquisita.
